Nuestra Asociación tuvo el honor de participar los días 27 y 28 de junio en la Revisión de Uruguay en el 135° periodo de sesiones del Comité de Derechos Humanos de la ONU, donde expuso su informe alternativo como organización social.
Allí expresamos que: a) “la Asociación de Defensores de Oficio del Uruguay (ADEPU), hemos recibido por parte de nuestros asociados una creciente preocupación sobre en el accionar policial al momento de las detenciones, que incluían no solamente el uso excesivo de la fuerza en los procedimientos policiales llevados a cabo (allanamientos y detenciones), sino que también se observaba una forma de actuar ilícita en los interrogatorios de los detenidos o indagados en las seccionales policiales, todo lo que se traducía en una práctica por momentos frecuente en los cuerpos policiales que investigan los delitos.”; b) “…no se ha creado un ámbito de intercambio y de trabajo para buscar soluciones por parte de todas las instituciones que intervienen en los procedimientos de investigación y sanción penal; sino que por el contrario como respuesta obtuvimos la desacreditación sobre lo que se informaba. El Ministerio del Interior, desestimó todos los planteos, sugerencias y recomendaciones, así como omitió convocar a esta Asociación a los efectos de poder tener un diálogo respecto a estas distintas situaciones identificadas.”; c) “Lamentablemente, se continuó por parte del Estado Uruguayo, legitimando desde lo discursivo y simbólico el accionar de las fuerzas policiales, desestimando los manifestado por las organizaciones vivas y sociales que como ADEPU, las que veníamos advertido públicamente este escenario jurídicamente inhóspito y anti democrático.” d) En cuanto a la búsqueda de soluciones a esta problemática del accionar policial, hemos insistido en que se usen las cámaras corporales por parte de los funcionarios policiales desde el inicio de los procedimientos, siendo ello una garantía para ambas partes.”
Prácticamente, las cámaras corporales no se usan en la mayoría de los procedimientos; y cuando son utilizadas se corre el riesgo de ser manipuladas en favor de la autoridad policial. Un ejemplo de lo que se viene mencionando es que, recientemente en un procedimiento policial se les olvidó que la cámara corporal de uno de los funcionarios policiales se encontraba prendida y quedó grabado no solo todos los actos de tortura que le hicieron al detenido, sino la coacción que se empleó para que la víctima no denuncie dichos actos.