Desde la asociación de defensores públicos se señalan falencias en videoconferencias con presos

La olla a presión que es el sistema carcelario uruguayo empezó a hervir y salpicar fuerte en 2012. En la primera mitad de ese año, presos del Complejo Carcelario Santiago Vázquez (todavía conocido como Comcar), del Penal de Libertad y del Centro Nacional de Rehabilitación realizaron varios motines; murieron presos y policías, y se agudizó la guerra interna. En agosto, el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), Luis Mendoza, anunció que instalaría en el Comcar y el Penal de Libertad un sistema de escáner para la revisión de los que ingresan, que hasta el momento se hacía de forma manual y violaba la Ley 18.315, que estipula que la Policía no puede desnudar ni revisar las partes íntimas de las personas que van a visitar a los presos. El combo tecnológico incluía un escáner osteomuscular: esos que “desnudan” a la persona que se para bajo su arco, porque muestra tanto sus huesos como su musculatura.